Economía y Gerencia Blog

El gran engaño: Dos Venezuelas separadas por la indiferencia salarial

Por Andrés Giussepe (Poli-data.com)

El discurso político internacional de Venezuela y la realidad cotidiana de sus trabajadores han abierto una dolorosa brecha que define el nivel de popularidad del Gobierno de Nicolás Maduro. No es un país de sombras, sino dos países enfrentados: uno épico y geopolítico, el otro de supervivencia y dignidad.

Cuando uno compara el discurso oficial con lo que vive una trabajadora de la educación, se da cuenta de la desconexión del gobierno con el problema que realmente está desgastando su base social: el derrumbe del poder adquisitivo del salario.

El contraste de narrativas: Dos Venezuelas en un solo territorio

El primer discurso, proveniente de una vocera internacional, pinta una Venezuela triunfalista, inmersa en una «batalla hermosa por la humanidad». En esta narrativa:

  • Se presume un crecimiento económico superior al de la región.
  • Se celebra la soberanía alimentaria, con el 96% de lo consumido producido en el país.
  • Se muestra un incremento de las reservas internacionales de más del 32% en 10 meses.
  • Se atribuyen las dificultades únicamente a las agresiones, bloqueos y amenazas militares del imperialismo norteamericano, que, paradójicamente, han cohesionado a la nación.

Esta es la Realidad A: La Venezuela Geopolítica y Triunfalista. Su métrica de éxito es la resistencia y la victoria política sobre la agresión externa.

Frente a esta visión, el testimonio de una docente es un grito de dolor y una dosis de realidad sin filtros:

«Yo recibí el abono a mi cuenta de 3000 bolívares (+/- 14 dólares). Mi aguinaldo de octubre. Y yo no sé si de verdad me dio rabia, impotencia, o si me embargó una profunda tristeza. ¿Hasta cuándo la burla?»

Esta es la Realidad B: La Venezuela de la subsistencia y la dignidad perdida. Su métrica de fracaso es un salario que «no me da ni para comprar el desayuno» y que la hace sentir menos remunerada que un vendedor informal.

La distancia entre ambas visiones se resume en este cuadro:

La Crítica: Dos enemigos, una sola crisis

Es un hecho innegable que Venezuela enfrenta una guerra económica que incluye sanciones y agresiones externas. Reconocer esta amenaza foránea es un imperativo político y patriótico. Sin embargo, la mayor falacia de la retórica oficial es pretender que la defensa de la soberanía basta para sostener la moral y la vida de la población.

La crítica fundamental es que el Gobierno de Maduro, a pesar de las agresiones y otras amenazas, ha permitido el surgimiento de un enemigo interno que es igualmente devastador: la indiferencia gubernamental en materia salarial.

  • ¿De qué vale la «seguridad social de referencia» que enarbolan los voceros oficiales si los pilares de esa sociedad (como los educadores y médicos) deben elegir entre su vocación y su alimentación?
  • ¿Qué valor tiene la «recuperación económica» si el ingreso promedio de un docente es apenas una pequeña fracción del costo de la canasta básica de alimentos?

La disyuntiva del venezolano de a pie no es si apoya o no la soberanía; es cómo sobrevive a la próxima semana con un sueldo que se evapora. La pregunta de la maestra: «¿Qué me motiva?» es la pregunta que se hace toda la burocracia, la salud y la educación pública de Venezuela.

Exigencia prioritaria: Un salario digno como acto de soberanía

Para recuperar la confianza popular y estabilizar el país, el gobierno debe actuar con urgencia y sinceridad:

  1. Reorientar la prioridad: El tema salarial y la recuperación del poder adquisitivo deben pasar a ser la prioridad de Estado, incluso por encima de la retórica política. La defensa de la patria comienza garantizando la dignidad de quienes la construyen.
  2. Sincerar la economía: La narrativa de la «recuperación» debe reflejarse en un aumento sustancial del salario real, anclado a la canasta básica y deslastrado del esquema de bonos insuficientes que no inciden en los beneficios laborales.
  3. Dignidad laboral: Se debe establecer un sistema de remuneración que dignifique la labor profesional del sector público. Permitir que una maestra sienta que su trabajo es una «mediocridad de remuneración» es hipotecar el futuro de la educación nacional.

El Gobierno de Maduro está obligado a resolver la contradicción entre la imagen de fortaleza que proyecta al exterior y la miseria que padece el sector público en el interior. La patria no solo se defiende con fusiles, sino con salarios justos. Ignorar esta realidad económica no es solo un error de gestión, sino el factor determinante que condena a la impopularidad y perpetúa la existencia de dos Venezuelas desangradas por el mismo conflicto.

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¡La Gran Noticia de Venezuela y para el Salario: Las Reservas Internacionales Aumentan un 32%!

Por Andrés Giussepe (poli-data.com)

La economía venezolana a finales de 2025 está dominada por una dolorosa paradoja: un crecimiento económico real (PIB +6,7%) y una notable fortaleza financiera externa contrastan con una inflación crónica que pulveriza el poder adquisitivo. Sin embargo, el último dato de las Reservas Internacionales no solo es una buena noticia, es una oportunidad estratégica para el salario.

El robusto aumento del 31,9% en las Reservas Internacionales —un crecimiento de casi un tercio en menos de diez meses— es el dato clave que marca la diferencia entre la fragilidad y la resiliencia. Es un voto de confianza financiera y un colchón de estabilidad vital.

El aumento del 32% en Reservas es el respaldo que la economía necesita para un Aumento Salarial Real y la reactivación del Crédito.

El motor de la recuperación: Crecimiento y diversificación

Este aumento en las reservas no es magia, sino el resultado directo del esfuerzo productivo:

  • Crecimiento del PIB: La economía real creció un notable +6,7% en el II Trimestre, indicando más producción de bienes, más empleo y un sistema más robusto.
  • Petróleo y divisas: La producción petrolera creció entre un 7% y 8%, asegurando el flujo constante de divisas.
  • La sorpresa sostenible: El crecimiento del +87,66% en las exportaciones no petroleras (sectores como ron, camarón y cemento) es la prueba de que Venezuela está reduciendo su histórica dependencia del crudo.

El desafío central: Liquidez con respaldo

El problema de la inflación en Venezuela no nace de la impresión de dinero per se, sino del choque externo de la devaluación. Como bien sabemos, en una economía altamente dolarizada y dependiente de importaciones, el proceso ocurre así: primero viene la devaluación (+204,5%), luego la inflación (+195,0%) ajusta todos los precios a ese costo importado, y después se expande la oferta monetaria (M2 +180,2%) para acomodar esos nuevos precios.

Pero la fortaleza de las reservas cambia el juego, ofreciendo una ventana de oportunidad única:

  1. Aumento de Salarios (Con Respaldo): Con un mayor respaldo en divisas, el Gobierno y las empresas pueden considerar aumentar los salarios en bolívares con la garantía de que esa inyección de liquidez adicional tiene un activo duro que la respalda. Esto no solo mejora el poder adquisitivo, sino que introduce confianza.
  2. Reactivación del Crédito Productivo: El aumento de las reservas permite actuar como un estabilizador de precios. Con este respaldo tangible, los bancos se sentirían incentivados a reactivar el crédito (productivo y de consumo) a tasas más razonables, sabiendo que el valor de la moneda está mejor anclado.

Es impostergable usar la fortaleza de las Reservas (el 32% de aumento) como un ancla creíble para la respuesta monetaria. Esto prioriza la corrección del salario y la reactivación del crédito productivo, enfrentando las presiones del tipo de cambio con solidez.

La paradoja: El enemigo está en casa

Si todo parece mejorar en la «ventana macroeconómica», ¿por qué el ciudadano sigue sufriendo? La respuesta se llama inestabilidad monetaria. El crecimiento y las reservas se topan con un muro interno:

El problema es claro: la política monetaria inflacionaria anula el beneficio del crecimiento productivo.

El camino a seguir: De la fragilidad a la sostenibilidad

La tarea es pasar de la «Recuperación Inestable» a la «Estabilidad Sostenible». Esto requiere dos acciones urgentes que deben aprovechar la fortaleza de las reservas:

  1. Disciplina monetaria férrea: El Banco Central debe evitar la expansión descontrolada y sin planificación de la liquidez. El control de la inflación es la única manera de que el ciudadano sienta el crecimiento del PIB.
  2. Inyección enfocada y con respaldo: Utilizar la capacidad de inyectar nueva liquidez, ya con respaldo, para sectores clave: aumento de salarios y financiamiento de la producción diversificada.

El principal obstáculo ya no es la falta de divisas, sino la falta de confianza. Si el Gobierno logra comunicar que cada nuevo bolívar emitido para mejorar el crédito o los salarios tiene un dólar de respaldo en las bóvedas, se podría romper el círculo vicioso de la hiperinflación.

El panorama completo (Enero – Octubre 2025)

El siguiente cuadro resume los datos macroeconómicos que definen la urgencia y la oportunidad de la economía venezolana:

El Momento es Ahora. La oportunidad para anclar el salario y la moneda a la fortaleza de las reservas está servida.

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La Paradoja del Crecimiento sin Inclusión: Lecciones de la Desigualdad en Argentina y Venezuela

Por Andrés Giussepe (*)

 

El Contraste de Paradigmas: Crecimiento sin Distribución vs. Planificación Inclusiva

El debate sobre cómo generar prosperidad se reduce a dos preguntas fundamentales: ¿Crecemos primero y luego distribuimos, o la distribución es el motor intrínseco del crecimiento?

La primera opción se alinea con la visión del «Especialista en Crecimiento con y sin Dinero», referido a Javier Milei, actual presidente Argentino, que es un enfoque que prioriza la estabilidad monetaria o la acumulación de capital bajo la premisa de que la riqueza eventualmente «se derramará.» Esta visión ignora la planificación activa de la justicia social. El ejemplo más elocuente se dio al ser confrontado el presidente Javier Milei con la crisis social en Argentina: «¿Cómo le pongo plata a la gente?», denotando una ausencia de estrategia directa para el bienestar del trabajador.

Mi investigación doctoral sobre los Países con Alta Distribución del Ingreso (PADI) refuta esta pasividad. El modelo PADI establece que la distribución equitativa del ingreso es, de hecho, una estrategia probada para el crecimiento sostenible e inclusivo. La clave es simple: el Capital Humano es el principal motor.

 

Argentina y Venezuela: El fracaso del crecimiento regresivo

El desempeño económico en Argentina (bajo la nueva administración) y Venezuela exhibe la misma patología, a pesar de sus ideologías políticas opuestas (liberalismo estricto vs. estatismo no inclusivo): crecimiento económico con desigualdad. Este es el resultado inevitable de un modelo que no prioriza la Remuneración de Empleados (RE) en el PIB.

  1. El caso extremo de Venezuela (PPDI)

Venezuela, con un 25,6% de RE sobre el PIB en 2023, se clasifica como un País con Peor Distribución de Ingresos (PPDI).

  • Este bajísimo porcentaje confirma que cualquier «crecimiento» reportado es regresivo.
  • El país registra un Índice de Distribución Justa de los Ingresos (IDJI) de 0,112 (Bajo), una métrica que integra la equidad salarial y la fragilidad social.
  • La consecuencia es un profundo deterioro del capital humano: los PPDI promediaron un índice Gini de 0,51, una cifra que evidencia la inestabilidad inherente de este modelo de acumulación.
  1. La Crisis de la Distribución en Argentina

El enfoque económico actual en Argentina, que se manifiesta en el cierre de 26 empresas por día y el 80% de la gente sin llegar a fin de mes, apunta a una caída dramática del %RE/PIB y la demanda interna.

  • La crítica PADI: Cuando un economista se pregunta cómo «poner plata a la gente», revela que no está planificando un crecimiento con inclusión. El crecimiento debe ser diseñado para que el PIB aumente con incrementos proporcionales en salarios y productividad (+%RE/PIB).
  • El vínculo directo: La negación de una política salarial progresiva convierte al trabajador en una variable de ajuste, reduciendo su capacidad de consumo y, por ende, sofocando la demanda interna. Se genera crecimiento de bolsillo para pocos, a costa de la contracción económica para la mayoría.

 

La solución PADI: La planificación del 50%

Los PADI (ej. Suiza, Alemania, China) han demostrado que una distribución equitativa (RE >50% del PIB) fomenta la cohesión social, reduce la pobreza y estabiliza la economía.

La ruta para revertir la desigualdad en Venezuela y Argentina exige la adopción de los Seis Patrones Económicos para la Redistribución Equitativa, especialmente:

  1. Modelo microeconómico Fifty-Fifty: Distribuir equitativamente el 50% de los beneficios netos entre empleados y empresarios.
  2. Reforma fiscal progresiva: Aumentar la recaudación destinada a financiar salud, educación y protección social.
  3. Índice de Distribución Justa (IDJI): Utilizar esta métrica para monitorear el progreso, en lugar de depender únicamente de un PIB estadístico que esconde la miseria social.

El dilema en Argentina y Venezuela no es entre capitalismo y socialismo, sino entre un crecimiento ciego que profundiza la desigualdad (un modelo PPDI) y un crecimiento inteligente que se apalanca en la justicia social (el modelo PADI). El crecimiento es insostenible si no se traduce en el bienestar del capital humano. La aplicación del modelo PADI podría reducir la pobreza del 34% al 8% en países adoptantes, demostrando que la equidad no es un gasto, sino la inversión más rentable para una economía estable y próspera.

(*) Economista, PhD en Economía – UCV

 

 

 

 

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La jugada maestra de China: ¿El amanecer de un nuevo orden mundial?

Por Andrés Giussepe (Poli-data.com)

En un mundo en el que las tensiones comerciales y el proteccionismo son predominantes, una noticia reciente ha pasado prácticamente inadvertida, pero su impacto tiene el potencial de ser enorme. Se trata de la política china de arancel cero para las naciones en desarrollo con las que mantiene vínculos diplomáticos. A primera vista, parece que se trata de un sencillo acto de buena voluntad. Sin embargo, un examen más detallado muestra una jugada estratégica que podría cambiar la estructura del poder mundial.

No se trata de filantropía. Se trata de arquitectura. La política de aranceles cero no es un gesto aislado; es el último eslabón de una cadena que comenzó con la Iniciativa de la Franja y la Ruta: carreteras que llegan a puertos, puertos que llegan a aduanas, aduanas que se abren sin costos. El resultado: flujos comerciales que ya no miran hacia Bruselas o Washington, sino hacia Shanghái, Guangzhou y Shenzhen.

Una política de «puertas abiertas» que se diferencia de Occidente

China está haciendo lo contrario que Europa y Estados Unidos, los cuales están fortaleciendo sus barreras comerciales con el argumento de proteger la seguridad y las industrias nacionales. Beijing ha ido ampliando este beneficio a más naciones, en particular las de América Latina, Asia y África. Esto no es simplemente un capricho; es una táctica intencionada. La política de arancel cero estimula a estos países a dirigir sus intercambios comerciales hacia China, estableciendo así una dependencia que trasciende lo económico e involucra aspectos geopolíticos.

Esta estrategia queda perfectamente complementada con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que invierte billones de dólares en infraestructura. Los puertos, vías ferroviarias y carreteras construidas con capital de China ahora se están transformando en vías para que los productos de estas naciones, como bienes agrícolas y materias primas, ingresen al extenso mercado chino sin las barreras arancelarias.

El Sur Global como campo de batalla

En la última década, el impacto de China en el Sur Global ha aumentado de manera exponencial. Por ejemplo, en el año 2023, el comercio total de China con África superó los 280 mil millones de dólares. Esta medida de eliminar aranceles no solo aumentará estas cifras de intercambio comercial, sino que también fortalecerá las relaciones de Beijing con estas naciones, varias de las cuales se sienten desatendidas o explotadas por las potencias de Occidente.

Sin embargo, esta «generosidad» tiene un costo. Los detractores alertan acerca de la «trampa de la deuda»: los países que no son capaces de pagar sus créditos a China tienen que entregar activos estratégicos, lo cual pone en riesgo su soberanía. El puerto de Hambantota, en Sri Lanka, arrendado a China por 99 años, es un ejemplo que ilustra los peligros potenciales de esta relación.

¿Hacia un nuevo orden mundial?

La política de cero aranceles de China es algo más que una mera medida comercial. Constituye una declaración de estrategias competitivas que desafía el orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial, el cual está bajo el dominio de las instituciones occidentales y del dólar. En este caso, China propone un camino distinto al comercio y a la inversión, más cooperativo, con el objetivo de posicionarse como el líder de una nueva coalición de países.

Estamos siendo testigos del surgimiento de un mundo con una economía bipolar, en el que seleccionar socios comerciales no es solamente una decisión empresarial, sino también una alineación geopolítica. La competencia no se basa en los territorios, sino en la lealtad y la influencia. Y en este nuevo juego, los instrumentos son tasas de interés, inversiones en infraestructura y, especialmente, aranceles, no tanques. La cuestión es si las potencias tradicionales están listas para esta nueva situación.

 ¿Qué significa eso para la economía global?

La elección de China de suprimir los aranceles para las naciones en desarrollo tiene un impacto profundo y variado en la economía mundial. Esta Medida, más que un simple acuerdo comercial, se propone como una táctica que pretende transformar la dinámica del comercio y su impacto a nivel global.

  1. Reconfiguración de las cadenas globales de valor

La eliminación de aranceles por parte de China no solo redefine las rutas comerciales —las transforma en vínculos estratégicos. Al abrir su mercado sin barreras a los países del Sur Global, Beijing está incentivando una reorientación natural, casi orgánica, de los flujos de exportación. No se trata de una sustitución forzada, sino de una recomposición espontánea: los productores de materias primas, alimentos y manufacturas ligeras se encuentran en China no solo un comprador, sino un socio con capacidad de absorción masiva y estabilidad relativa en la demanda.

Este movimiento no solo diversifica las fuentes de abastecimiento para la economía china —reduciendo su exposición a los mercados tradicionales—, sino que también ofrece a economías emergentes una plataforma de crecimiento menos condicionada por las volatilidades de Occidente. Pero esa integración, por valiosa que sea, no es neutra. Cuanto más se profundiza, más se entreteje la estabilidad económica local con las decisiones que se toman en Beijing: cambios en la política industrial, ajustes en la demanda interna o incluso reorientaciones diplomáticas pueden tener efectos en cadena, transformando lo que hoy es una oportunidad en una vulnerabilidad estructural mañana.

 

  1. La silenciosa ascensión del yuan

Paralelamente, esta política comercial está actuando como un acelerador discreto, pero poderoso, de la internacionalización del yuan. Al fomentar acuerdos bilaterales en moneda local, China no está forzando una devaluación del dólar —está construyendo una alternativa. Cada transacción que se liquida en yuanes, cada contrato que se firma sin referencia al SWIFT, cada depósito de reserva que un banco central africano o latinoamericano decide mantener en renminbi, es un ladrillo en la construcción de un nuevo andamiaje monetario global.

No se trata de una confrontación abierta con el orden financiero existente, sino de una erosión paciente, pragmática, casi invisible. Y es precisamente esa cualidad —su carácter no declarativo, no ideológico— lo que la hace tan efectiva. El yuan no necesita decretos ni sanciones para avanzar. Solo necesita flujos. Y China, con sus aranceles cero, está creando las condiciones para que esos flujos se multipliquen.

A largo plazo, esto podría debilitar la supremacía del dólar estadounidense en el comercio internacional y robustecer la posición del yuan como moneda de reserva mundial.

  1. Impacto en las potencias tradicionales
  • Crecimiento de la influencia en términos financieros: La política de arancel cero y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a través de las cuales China invierte en proyectos de infraestructura, son dos factores que contribuyen a su gran influencia en términos financieros y de desarrollo. Esto le permite rivalizar con entidades occidentales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
  • Competencia en términos geopolíticos: Estados Unidos y Europa están ante un reto directo. A A medida que ellos intensifican los obstáculos comerciales, China los cancela, lo que le permite conseguir la fidelidad y el apoyo de las naciones en vías de desarrollo. Esta competencia no se desarrolla en el campo de batalla, sino en los foros económicos, donde las herramientas son la colaboración y la influencia.
  • La guerra comercial podría intensificarse: Las Potencias occidentales, como respuesta al poderío en aumento de China, podrían implementar medidas proteccionistas adicionales con el fin de salvar sus mercados. Esto podría provocar una guerra comercial de mayor magnitud y dividir aún más la economía mundial en bloques económicos competidores.
  1. Consecuencias para los países en desarrollo
  • Incremento de las exportaciones: Los países en vías de desarrollo, sobre todo los de América Latina y África, obtienen beneficios al tener acceso preferencial a la extensa economía china. Esto tiene el potencial de fomentar sus exportaciones de productos manufacturados, materias primas y productos agrícolas.
  • Peligros de la «trampa de la deuda»: Frecuentemente, el incremento del comercio se da junto con créditos chinos para la infraestructura. Los países que no tienen capacidad para abonar sus deudas están expuestos a la posibilidad de perder el control sobre activos esenciales, lo cual pone en peligro su soberanía económica.

En síntesis, la política de arancel cero de China es una táctica de poder blando que intenta redefinir el orden económico mundial. No solo impacta el intercambio de bienes, sino que también tiene consecuencias en la geopolítica, las relaciones de poder entre los países y el sistema monetario internacional. Como resultado, el mundo se vuelve cada vez más multipolar y la economía global está en transición; en este contexto, la lucha por la influencia y el liderazgo se ha vuelto más intensa.

Correo: agiussepe@poli-data.com

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La Verdadera Causa de la Devaluación en Venezuela: Más Allá del Debate Superficial

Por Andrés Giussepe (*)

En las redes sociales, el debate sobre la devaluación del bolívar se ha simplificado hasta el absurdo. Por un lado, encontré a un influencer chavista-madurista argumentando que si el dólar sube no hay problema porque los salarios se indexan. Por otro lado, un opositor, con la misma falta de profundidad, se centra en la pérdida instantánea de valor de los bolívares en la cartera de la gente. Ambos, sin embargo, fallan en entender la causa raíz del problema.

Como economista con una perspectiva postkeynesiana, quiero ir más allá de esta confrontación estéril y explicar por qué la devaluación es un proceso perverso y quién es realmente responsable de él.

La Falacia de la Indexación: Una Ilusión de Estabilidad

La indexación de salarios, como la del ingreso mínimo vital de $160, crea una ilusión peligrosa en tiempos de devaluación diaria, que es continua, que no se detiene por nada. Pretende convencer a la gente de que su ingreso está protegido, pero en realidad, es una medida reactiva, no preventiva. Incluso, los ajustes salariales no son instantáneos; ocurren después de que el bolívar ya se ha devaluado.

Aquí es donde entra en juego el Efecto Retraso (Lag), que significa que en el lapso entre la subida del tipo de cambio y el reajuste del ingreso, el poder adquisitivo de los bolívares que las personas tienen en sus manos se desvanece. Los precios de bienes y servicios ya se han fijado al nuevo «dólar del día», haciendo que las familias sean progresivamente más pobres. Valga decir, viven entrando y saliendo de la pobreza cada cierto tiempo.

Además, en el caso venezolano, la indexación lejos de ser una medida correctiva del poder adquisitivo de la población y de los ingresos del Estado a través del ajuste del valor de los servicios públicos, legitima la devaluación. En lugar de resolver el problema de fondo, el Estado y las empresas participan en un ciclo vicioso de devaluación que pulveriza el ingreso de la población en bolívares, generando la inflación perversa que siempre tenemos.

Y seamos claros: la indexación no llega a todos por igual. Mientras el salario mínimo legal y las bonificaciones se anclan al dólar, el resto de los ingresos de la gente, como aguinaldos y prestaciones, no se ajustan al mismo ritmo. Esto crea una asimetría perversa donde los precios suben sin descanso, mientras que el ingreso fijo se devalúa constantemente.

La Verdadera Causa: La Política Cambiaria del Estado

Para entender lo que realmente está pasando, debemos mirar quién controla las divisas en Venezuela. Como economista, te digo que más del 95% de los dólares que entran al país provienen del Estado, principalmente de la renta petrolera. El sector privado apenas genera un 2%. Esto convierte al Estado en el principal, casi único, proveedor de divisas.

El problema radica en lo que el Estado hace con esos dólares. En lugar de usarlos para estabilizar la economía de forma estructural, los vende directamente al mercado a través del Banco Central de Venezuela (BCV). El BCV se convierte en el actor central de un mercado cambiario especulativo. Sus intervenciones, lejos de resolver la inestabilidad, convalidan una nueva tasa de cambio más alta cada vez que la inflación se acelera. En esencia, el BCV «baja la santamaría» y vende dólares para contener el tipo de cambio, pero esto es un parche, no una solución de fondo. El BCV es el que está facilitando esa devaluación con cada venta de dólares.

 

Una Solución Postkeynesiana: Fondo de Estabilidad y Préstamos

La solución no es intentar controlar el precio del dólar, sino cambiar la forma en que se administran las divisas.

Mi propuesta es que el Estado deje de vender sus dólares petroleros y canalice esos recursos hacia un Fondo de Inversión Soberano o de Estabilidad Macroeconómica. La idea es que estos dólares no se usen para alimentar la especulación cambiaria, sino para generar riqueza a largo plazo y servir como reserva.

En lugar de vender las divisas, el Estado debería canalizarlas a través de un mecanismo de préstamos retornables. Los empresarios que necesiten importar bienes de capital, insumos o materias primas accederían a estos dólares en calidad de préstamos a tasas de interés bajas. Este modelo tiene varias ventajas:

  • Incentiva la productividad: Las divisas se usarían para generar valor agregado en la economía real, no para importaciones suntuarias o especulación.
  • Fomenta la responsabilidad: Al tener que devolver el préstamo, el sector privado tendría un incentivo para usar el capital de manera eficiente.
  • Protege las reservas: Los dólares del fondo se regenerarían con la devolución de los préstamos, creando un ciclo virtuoso de inversión.
  • Aísla al Estado de la especulación: El Estado dejaría de ser el principal «vendedor» de dólares, saliendo de la dinámica perversa del mercado cambiario.

La devaluación en Venezuela no es un problema de ignorancia, ni de indexación. Es una consecuencia directa de una política económica insostenible, donde el Estado, como único generador de divisas, inyecta dólares en un mercado que los pulveriza, alimentando un ciclo de inflación y devaluación que empobrece a toda la sociedad.

La verdadera «cátedra» es que la solución no está en ajustar salarios reactivamente, sino en construir una economía productiva donde los dólares sean un medio para la inversión y el crecimiento, no una mercancía para la especulación.

(*) Economista, con Doctorado en Economía (2024) y en Gerencia (2012) y post doctorado en Gerencia (2018), Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional de la UCV (2009), y Magister en Gerencia Pública para Directivos Iberoamericanos UNED-España (2004).

Correo: agiussepe@gmail.com

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La Implacable Desdolarización en las Reservas Internacionales (2015-2030)

Por Andrés Giussepe (*)

 

La hegemonía del dólar estadounidense como principal moneda de reserva global, aunque persistentemente dominante, está experimentando un declive gradual pero constante. Este proceso, comúnmente denominado «desdolarización», no se manifiesta como un colapso inminente, sino como una diversificación estratégica impulsada por una reevaluación fundamental del riesgo por parte de los bancos centrales.

El análisis de la composición de las reservas internacionales desmiente la noción de un simple cambio de paradigma donde el euro o el yuan sustituyen al dólar. En cambio, revela que el principal beneficiario del descenso de la cuota del dólar es un grupo de monedas no tradicionales de economías pequeñas y bien gestionadas.

Este fenómeno es un testimonio de la búsqueda de autonomía financiera y resiliencia institucional frente a la creciente instrumentalización de la moneda con fines políticos. Los gestores de reservas, motivados por la necesidad de mitigar el riesgo de sanciones, están remodelando lentamente el sistema financiero internacional hacia un modelo más fragmentado y multipolar, en el que el oro también ha resurgido como un activo de refugio por excelencia.

1. La Nueva Era de la Gestión de Reservas Internacionales

El sistema financiero global ha operado durante décadas bajo el predominio indiscutible del dólar estadounidense. Desde la transición posterior a Bretton Woods, y consolidado tras la crisis financiera de 2008, el dólar ha servido como la piedra angular del comercio internacional, la deuda y los activos de reserva. Este rol central otorga a Estados Unidos un «privilegio exorbitante», un término acuñado por el exministro de Finanzas francés Valéry Giscard d’Estaing para describir la ventaja que tiene una nación cuya moneda es el principal medio de reservas y pagos transfronterizos a nivel mundial.

Sin embargo, en la última década, ha surgido una dinámica sutil pero significativa. A continuación se examina la tendencia de la «desdolarización», un proceso que no implica el abandono total del dólar, sino una reducción gradual y estratégica de su participación en las carteras de reserva global. Esta evolución es un reflejo directo del riesgo percibido por los gestores de reservas, quienes se ven obligados a reevaluar sus activos a la luz de los desarrollos geopolíticos contemporáneos.

El análisis se basa en una síntesis de datos históricos y proyecciones, inferidas a partir de la información del informe trimestral sobre la Composición de las Reservas Oficiales de Divisas (COFER) del Fondo Monetario Internacional (FMI), un instrumento fundamental para comprender las tendencias en la composición de las carteras de los bancos centrales.

2. La Evolución de la Composición de las Reservas (2015-2030)

La evolución de la composición de las reservas internacionales entre 2015 y 2030 revela una narrativa compleja que va más allá de un simple ajuste de mercado. La Tabla X, que presenta la composición de las reservas globales, sirve como el eje central de este análisis, ilustrando los cambios estructurales que están en marcha.

Tabla 1. Composición Global de las Reservas Internacionales (Participación porcentual)

Los datos del FMI confirman que la cuota del dólar estadounidense en las reservas de divisas asignadas ha extendido un declive de dos décadas, cayendo a 57,7% en 2025, lo que representa una disminución del 12,2% desde 2015. A pesar de esta disminución en el uso como reserva, el dólar mantiene su papel predominante en el comercio internacional, la deuda y los pagos globales. La lentitud de este declive se explica por la inercia sistémica y la profundidad y liquidez insuperables de los mercados financieros estadounidenses. Sin embargo, la constante reducción de su cuota es una prueba de que un factor de cambio estructural más profundo está en juego.

Una de las conclusiones más reveladoras es que la reducción en la cuota del dólar no se ha visto compensada por aumentos significativos en las participaciones de las otras monedas de reserva tradicionales, es decir, el euro, el yen o la libra esterlina. El euro ha fluctuado, mientras que el yen y la libra esterlina han experimentado un declive gradual. Este hecho desmiente la tesis de un simple traspaso de la hegemonía del dólar a otro polo de poder único. En cambio, se observa un fenómeno de diversificación hacia una cesta más amplia de monedas.

El verdadero motor de la desdolarización es el ascenso colectivo de las monedas no tradicionales. El FMI ha documentado que las monedas de economías pequeñas, abiertas y bien gestionadas, como los dólares australiano y canadiense, el won surcoreano y la corona sueca, han absorbido gran parte del cambio de los dólares. La categoría de «Otras monedas» en el cuadro ha crecido un 123,9% entre 2015 y 2025. El atractivo de estas monedas se debe a una combinación de factores como mayores rendimientos, políticas estables y transparentes, y el desarrollo de nuevas tecnologías financieras que facilitan su negociación.

Paralelamente, el yuan chino (renminbi) se perfila como un claro beneficiario de la desconfianza geopolítica. Si bien su participación en las reservas globales se ha mantenido relativamente estable hasta 2025, la proyección muestra una escalada drástica para 2030, con un aumento del 161,9%, lo que refleja una búsqueda de autonomía financiera que no se limita a las grandes potencias. Este crecimiento proyectado sugiere que la política de sanciones y el desarrollo de sistemas de pago alternativos como el CIPS (Sistema de Pago Interbancario y Transfronterizo de China) están ganando tracción, erosionando lentamente la dependencia del dólar y su sistema asociado.

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(*) Economista, con Doctorado en Economía (2024) y en Gerencia (2012) y post doctorado en Gerencia (2018), Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional de la UCV (2009), y Magister en Gerencia Pública para Directivos Iberoamericanos UNED-España (2004).

El contenido de este artículo es parte del libro: “El Fin del Castigo Silencioso: De las Sanciones Económicas a la Seguridad Recíproca” en proceso de publicación.

Correo: agiussepe@poli-data.com

 

 

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La Transición Hacia un Nuevo Modelo Económico en Venezuela: De la Venta de Dólares Petroleros al Fondo de Inversión Soberano

Por Dr. Andrés Giussepe ( Poli-data.com)

 

Introducción

En los últimos años hemos profundizado sobre el manejo de la renta petrolera en Venezuela. Ha sido una línea de investigación que ha permitido develar los elementos críticos que mantienen a un país rico en recursos naturales en uno de los más pobres del mundo, a pesar de tener más de 120 años de desarrollo petrolero.

Situación que se ha sentido con más fuerza durante el gobierno de Nicolás Maduro debido a factores estructurales y coyunturales que afectan a la industria petrolera nacional.

Las investigaciones apuntan sobre la necesidad histórica de cambiar el modelo actual de gestión de las divisas que genera la renta petrolera, que lejos de beneficiar a la sociedad y la economía nacional, más bien mantiene la cultura del llamado “rentismo parasitario”, que beneficia a pocos y empobrece al resto de la sociedad en términos generales.

A continuación se presenta la propuesta Andrés Giussepe, Doctor en Economía y Gerencia de la Universidad Central de Venezuela, sobre gestión de la divisas petroleras de las divisas que genera en un 95% Petróleos de Venezuela, S.A., como un punto de partida para la verdadera transformación y cambio de paradigma gubernamental.

Pasos para una verdadera revolución economica en Venezuela

La transición de un modelo de venta directa de dólares a uno basado en un Fondo de Estabilidad Macroeconómica o de Inversión Soberano no es una tarea fácil pero tampoco imposible. La mayoría de los países con las mismas características que Venezuela como Noruega, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita e Irán.

Por ejemplo, en el caso de Irán, tiene un fondo soberano de inversión denominado el Fondo Nacional de Desarrollo, establecido en 2011 para reemplazar al antiguo Fondo de Estabilización del Petróleo. El objetivo es similar al de otros fondos soberanos de países productores de petróleo, como el de Noruega: transformar una porción de los ingresos provenientes de la venta de recursos naturales (petróleo, gas, etc.) en una riqueza sostenible e inversiones productivas, con el fin de preservar una parte de la riqueza para las futuras generaciones.

Para que Venezuela asuma ese modelo de gestión de las divisas petroleras, exige un cambio radical de mentalidad y de política económica, para la cuál, debe ser gestionada con cuidado para evitar shocks abruptos.

A continuación, se esboza los pasos clave y las consideraciones esenciales para implementar este nuevo modelo.

Fase 1: Preparación y Anuncio (1-3 meses)

1. Auditoría y Transparencia: El primer paso es realizar una auditoría completa de las reservas internacionales y de los ingresos petroleros. Se debe anunciar públicamente la creación del Fondo, sus objetivos, sus reglas de operación y los criterios de elegibilidad para los préstamos. La transparencia será clave para generar confianza, tanto en el sector privado como en la ciudadanía.

2. Marco Legal e Institucional: Se debe crear un marco legal sólido que le dé autonomía al Fondo. Una junta directiva independiente, formada por economistas, expertos en finanzas y representantes del sector privado y de la sociedad civil, debe ser establecida. Esto evitaría que el Fondo se convierta en una caja chica política.

3. Mecanismo de Préstamos: El Banco Central de Venezuela (BCV) o un nuevo ente financiero debe encargarse de la administración de los préstamos. Se establecerán criterios claros y objetivos para los solicitantes, priorizando proyectos productivos, exportadores y que generen valor agregado y empleos. Se debe enfocar en sectores estratégicos como el agroalimentario, la manufactura y la tecnología.

Fase 2: Implementación Gradual (6-12 meses)

1. Reducción Progresiva de la Venta de Dólares: El BCV no puede dejar de vender dólares de la noche a la mañana. Esto crearía un shock cambiario masivo. En su lugar, se debe anunciar un cronograma de reducción progresiva de las ventas. Por ejemplo, en el primer mes se reducirán las ventas en un 10%, en el segundo en un 15%, y así sucesivamente.

2. Canalización de los Dólares Hacia el Fondo: A medida que se reducen las ventas, los dólares que antes se destinaban al mercado especulativo se irán depositando en el Fondo. Este capital inicial será la base para comenzar a otorgar los primeros préstamos.

3. Lanzamiento del Programa de Préstamos: Se comenzará con un programa piloto de préstamos a un grupo selecto de empresas con proyectos sólidos. Estos primeros préstamos serán una prueba de concepto y permitirán refinar el proceso y los criterios. Las tasas de interés deben ser competitivas, pero no tan bajas como para incentivar el rentismo.

4. Educación y Comunicación: Es fundamental lanzar una campaña de comunicación masiva para explicar a la población y al sector privado cómo funciona el nuevo modelo. Se debe desmitificar la idea de que la devaluación es inevitable y explicar cómo los nuevos préstamos benefician a la economía en su conjunto, generando más empleo y producción local.

Fase 3: Consolidación y Expansión (1-3 años)

1. Evaluación y Ajuste: El Fondo deberá realizar evaluaciones periódicas del impacto de los préstamos en la economía. Se analizará si los proyectos financiados están cumpliendo sus objetivos de producción, exportación y generación de empleo. Con base en estos resultados, se ajustarán los criterios de elegibilidad y las reglas de operación.

2. Apertura a Nuevas Fuentes de Divisas: Con el tiempo, el modelo podría expandirse para incluir otras fuentes de divisas, como los ingresos por exportaciones no tradicionales, lo que ayudaría a reducir la dependencia del petróleo.

3. Estabilización del Tipo de Cambio: A medida que el modelo se consolide y el Estado deje de ser el principal jugador en el mercado cambiario, el tipo de cambio tenderá a estabilizarse. Sin embargo, en un entorno postkeynesiano, el objetivo no es un tipo de cambio fijo, sino uno estable y predecible, que no sea una fuente de inestabilidad macroeconómica.

Retos y Riesgos de la Transición:

1. Resistencia Política: La principal oposición vendrá de aquellos que se benefician del actual sistema, ya sean empresarios que importan bienes suntuarios o sectores del gobierno que utilizan los dólares para fines políticos.

2. Inflación en el Corto Plazo: Es posible que, en las primeras etapas, la reducción de la oferta de dólares en el mercado especulativo genere una subida temporal de la inflación. Sin embargo, este efecto se mitigaría a medida que la producción local comience a reactivarse y los préstamos rindan sus frutos.

3. Selección de Proyectos: El éxito del modelo dependerá de una selección rigurosa de los proyectos a financiar. Un mal manejo de los préstamos podría generar pérdidas para el Fondo y desacreditar la iniciativa.

En definitiva, la transición hacia un modelo de Fondo de Estabilidad no es solo una medida económica; es un proyecto de desarrollo nacional a largo plazo. Requiere voluntad política, disciplina fiscal y una visión de futuro que priorice la producción y la inversión sobre la especulación.

Correo: agiussepe@poli-data.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Un Enfoque Estratégico para la Emergencia Económica: Las Recomendaciones de Carlos Matus (+) y Andrés Giussepe al Gabinete Económico

Por Andrés Giussepe (Poli-data.com)

El reciente Decreto N° 5.157, que declara el estado de emergencia económica en Venezuela, se presenta como una respuesta a una «ofensiva económica» y «medidas coercitivas unilaterales» que han mermado los ingresos del país y afectado la capacidad para adquirir bienes y servicios. Este decreto confiere al Ejecutivo Nacional la potestad de tomar medidas excepcionales y transitorias, como la concentración de recursos en el Tesoro Nacional y la autorización de endeudamiento no previsto en la Ley Especial de Endeudamiento.

Desde la perspectiva de la Planificación Estratégica Situacional (PES) de Carlos Matus, este decreto es un movimiento en el complejo «juego social» de la nación. Matus, un estratega cuyo pensamiento ha influido en la planificación pública en América Latina, no vería las medidas económicas como meros actos de control, sino como acciones destinadas a asegurar la viabilidad del proyecto de gobierno frente a actores adversos. En este contexto, un asesor como Matus no se limitaría a la crítica, sino que ofrecería una guía estratégica para maximizar la eficacia de estas medidas a favor del pueblo trabajador.

A continuación, se presenta un análisis e interpretación de Andrés Giussepe de lo que serían las recomendaciones que Carlos Matus podría haber ofrecido al gabinete económico de Nicolás Maduro para mejorar la distribución de ingresos a favor de los trabajadores, pensionados y jubilados, utilizando el marco del decreto.

1. Distribución de Ingresos como Inversión Estratégica

Matus vería la distribución de ingresos no solo como un objetivo social, sino como una herramienta estratégica para la reactivación económica. El decreto autoriza al Presidente a tomar medidas para «garantizar a la población el pleno disfrute de sus derechos». Bajo esta lógica, se podría considerar que un aumento estratégico en el porcentaje del PIB que reciben los trabajadores y jubilados es una inversión para reactivar el aparato productivo.

 * Recomendación: Utilizar las «erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento que no estén previstas en el Presupuesto Anual» para un plan de indexación salarial y de pensiones que garantice que los ingresos se mantengan por encima de la inflación, aumentando así el poder adquisitivo de la población. Esto no solo mejoraría el bienestar social, sino que también impulsaría la demanda interna, un motor clave para la producción y el empleo.

2. La Producción Nacional al Servicio del Consumidor

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Análisis del Decreto de Emergencia Económica N° 5.157 y su Potencial para el Crecimiento Inclusivo

Por Andrés Giussepe (Poli-data.com)

A continuación, se presenta un análisis del Decreto N° 5.157, que declara el estado de emergencia económica en Venezuela, publicado en la Gaceta Oficial N° 6.924 Extraordinario del 8 de agosto de 2025.

El decreto de emergencia económica tiene como objetivo permitir que el Ejecutivo Nacional adopte medidas urgentes, excepcionales y necesarias para preservar el equilibrio económico y garantizar los derechos de la población. Entre las medidas que el presidente puede tomar se incluyen:

Regulaciones excepcionales y transitorias: Se pueden dictar para restablecer los equilibrios económicos y proteger los derechos de la población.

Medidas tributarias: El presidente puede suspender la aplicación y el cobro de tributos nacionales, estadales y municipales, y los trámites administrativos relacionados, con el fin de proteger el aparato productivo. También puede suspender las exenciones de tributos nacionales y proceder a su recaudación, así como establecer mecanismos extraordinarios para combatir la evasión y elusión fiscal.

Gestión de recursos financieros: Se puede concentrar la recaudación de tasas y contribuciones especiales en el Tesoro Nacional y redirigir los recursos de todos los fondos existentes. Además, se pueden autorizar erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento no previstas en el Presupuesto Anual.

Inversión y comercio: Se pueden establecer mecanismos de compra obligatoria de la producción nacional para sustituir importaciones. El decreto también busca estimular la inversión nacional e internacional, así como las exportaciones de rubros no tradicionales para generar empleo, divisas e ingresos.

Endeudamiento: Se autorizan normas para operaciones de crédito público y sus complementos no contemplados en la Ley Especial de Endeudamiento, así como para ampliar los montos máximos de endeudamiento que puede contraer la República.

Análisis sobre la garantía de crecimiento y desarrollo económico:

La efectividad de estas medidas para generar crecimiento y desarrollo económico es objeto de debate. Por un lado, la capacidad del Ejecutivo para tomar decisiones rápidas y sin las limitaciones del Presupuesto Anual o la Ley Especial de Endeudamiento podría permitir una respuesta ágil a la crisis. La suspensión de tributos y la promoción de la inversión nacional e internacional podrían, en teoría, estimular el sector productivo.

Sin embargo, el decreto también suspende la «reserva legal en materia económica, financiera y monetaria» por el período que dure la emergencia, lo que podría generar incertidumbre legal y desincentivar la inversión a largo plazo. La centralización de la recaudación y los recursos en el Tesoro Nacional, junto con la concentración de poderes en el Ejecutivo, podría ser vista como una medida que, si bien busca la eficiencia, podría llevar a un control excesivo y a la toma de decisiones que no necesariamente se alineen con la lógica del mercado.

El decreto justifica estas medidas debido a la «ofensiva económica» y la «guerra comercial» por parte de potencias extranjeras, la caída de los precios del petróleo, y las «medidas coercitivas unilaterales» que afectan la capacidad del país para adquirir bienes y servicios.

Modelo Económico y Escuela de Pensamiento

El decreto refleja un modelo económico altamente centralizado y de intervención estatal. La capacidad del Ejecutivo de suspender tributos, concentrar la recaudación, redirigir fondos, y autorizar contrataciones y erogaciones sin estar previstas en el presupuesto denota un control casi total sobre la economía. La suspensión de la reserva legal en materia económica, financiera y monetaria refuerza esta idea, ya que elimina las barreras legales que limitan la acción del Estado en estos ámbitos.

La escuela de pensamiento económico que se devela de la aplicación de este decreto tiene un fuerte componente keynesiano, pero con características heterodoxas y socialistas. Por un lado, se observa la influencia de un pensamiento que aboga por la intervención estatal activa para contrarrestar los efectos de una crisis económica (en este caso, la caída del petróleo y las sanciones). El decreto busca estimular la economía a través del gasto público no previsto y la promoción de la producción nacional, lo que coincide con los principios keynesianos de aumentar la demanda agregada.

No obstante, las medidas van más allá del keynesianismo tradicional al incorporar elementos de un socialismo de estado o economía dirigida. La compra obligatoria de la producción nacional, la concentración de la recaudación en el Tesoro Nacional y el control sobre las operaciones de crédito público sugieren un modelo donde el Estado no solo regula, sino que dirige y controla los principales sectores económicos. La narrativa de «guerra comercial» y «ofensiva económica» se utiliza para justificar esta profunda intervención, en , donde el conflicto de clases y las relaciones de poder entre naciones son el principal motor de la política económica.

Consonancia con los Intereses Nacionales

Determinar si este decreto es «consono con los intereses nacionales» es complejo y depende de la perspectiva.

• A favor: Los partidarios de la medida argumentarían que es una respuesta necesaria y soberana para proteger la economía venezolana de las agresiones externas y la caída de los ingresos petroleros. Considerarían que la centralización del poder permite una gestión más eficiente de la crisis, asegurando el abastecimiento de bienes y servicios a la población y la estabilidad social.

La promoción de la producción nacional se vería como un paso hacia la diversificación económica y la independencia del país.

• En contra: Los críticos dirían que la concentración de poderes y la suspensión de la reserva legal debilitan las instituciones democráticas y el estado de derecho. La falta de contrapesos y la incertidumbre jurídica que esto genera podría ahuyentar la inversión privada (tanto nacional como extranjera), llevando a una mayor contracción económica.

Señalarían que las medidas de control y la intervención excesiva del Estado suelen ser ineficientes y a menudo derivan en corrupción, lo que agrava la crisis en lugar de resolverla.

Variables del Decreto de Emergencia Económica

Se presenta las variables identificadas en el decreto, las medidas específicas para abordarlas y los resultados esperados que, en teoría, conducirían a un crecimiento económico inclusivo.

Producción Nacional

  • Establecer mecanismos y porcentajes de compra obligatoria de la producción nacional.
  • Adoptar medidas para estimular la inversión nacional e internacional.

       Resultados esperados:

  • Aumento de la producción de bienes y servicios a nivel nacional.
  • Sustitución de importaciones.
  • Creación de nuevas fuentes de empleo.

Ingresos Nacionales

  • Suspensión del cobro de tributos nacionales, estadales y municipales.
  • Suspensión de exenciones de tributos nacionales y su recaudación.
  • Concentración de la recaudación de tasas y contribuciones especiales en el Tesoro Nacional.
  • Establecer mecanismos extraordinarios para combatir la evasión y elusión fiscal.
  • Promoción de exportaciones de rubros no tradicionales.

       Resultados esperados:

  • Incremento de los ingresos del Estado para el gasto público, especialmente en áreas sociales.
  • Diversificación de las fuentes de ingresos del país más allá del petróleo.
  • Fortalecimiento de la solvencia fiscal y monetaria.

Inversión y Financiamiento

  • Autorizar erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento no previstas en el Presupuesto Anual.
  • Autorizar operaciones de crédito público y ampliar los montos máximos de endeudamiento.
  • Estimular la inversión nacional e internacional.

Resultados esperados:

  • Captación de capitales frescos para el desarrollo del aparato productivo.
  • Financiamiento de proyectos de infraestructura y servicios públicos.
  • Generación de nuevas fuentes de divisas para el país.

Bienestar Social y Empleo

  • Garantizar a la población el pleno disfrute de sus derechos.
  • Autorizar contrataciones necesarias para el restablecimiento de los derechos fundamentales.
  • Adoptar medidas para la generación de nuevas fuentes de empleo.
  • Dictar regulaciones excepcionales y transitorias para proteger los derechos de la población.

      Resultados esperados:

  • Disminución de las tasas de desempleo y subempleo.
  • Mejora en el acceso a bienes y servicios esenciales.
  • Aumento del poder adquisitivo de los ciudadanos.
  • Estabilidad social y económica para la población.

Análisis de los resultados esperados:

El decreto se basa en la premisa de que un Estado con mayor control y flexibilidad en el manejo de la economía puede dirigir los recursos y las políticas de manera más eficiente para proteger a la población y a los sectores productivos. Las medidas buscan crear un círculo virtuoso donde la estimulación de la producción nacional y las exportaciones no tradicionales generen ingresos y divisas, lo que a su vez se traduce en inversión y, finalmente, en empleo y bienestar social.

La promoción de la producción nacional a través de la compra obligatoria y la flexibilización de los tributos están diseñadas para proteger a las empresas y fomentar la creación de empleo.

La diversificación de las fuentes de ingresos del Estado y la promoción de las exportaciones no tradicionales buscan reducir la dependencia de la economía de los precios del petróleo, una de las causas de la crisis. Finalmente, la capacidad de autorizar gastos no previstos y de contratar crédito público le daría al gobierno las herramientas para financiar proyectos sociales y de infraestructura que impulsen el crecimiento con inclusión.

Beneficios esperados para la clase trabajadora

Según la Gaceta Oficial proporcionada, se pueden esperar varios beneficios para la población trabajadora, pensionada y jubilada, tomando en cuenta los objetivos del decreto de proteger a la población y garantizar el pleno disfrute de sus derechos.

El decreto busca abordar la situación económica que afecta gravemente la economía del país y su capacidad para adquirir bienes y servicios para el pueblo venezolano. Por lo tanto, los beneficios esperados para los trabajadores, pensionados y jubilados serían indirectos, derivados de la estabilización y el crecimiento general de la economía.

A continuación, se presentan los beneficios específicos que se pueden inferir del decreto:

 * Creación de Empleo: El decreto establece que se adoptarán medidas para estimular la inversión nacional e internacional, así como las exportaciones, como un mecanismo para generar nuevas fuentes de empleo. Esto podría llevar a más oportunidades laborales para la población activa.

 * Protección de Derechos: El objetivo principal del decreto es preservar el equilibrio económico y «garantizar a la población el pleno disfrute de sus derechos». También autoriza al Presidente a dictar regulaciones para proteger los derechos de la población y a autorizar contrataciones necesarias para el «restablecimiento de sus derechos fundamentales». Estas medidas podrían conducir a mejoras en los servicios sociales, el acceso a bienes básicos y las condiciones de vida en general, lo que beneficiaría a todos los ciudadanos, incluidos los pensionados y jubilados.

 * Estabilidad Económica: El decreto busca «preservar el equilibrio económico» y «proteger a la población y a los sectores productivos del País». Al abordar los desafíos económicos, como la caída de los precios del petróleo y la guerra comercial, el gobierno aspira a estabilizar la economía, lo que podría resultar en una moneda más estable y un mejor poder adquisitivo para todos.

 * Gasto Social: El decreto permite la autorización de erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento que no estén previstas en el Presupuesto Anual. Esta flexibilidad podría permitir al gobierno asignar más recursos a programas sociales, pensiones y fondos de jubilación, aumentando potencialmente su valor o cobertura para hacer frente a la situación económica.

 * Acceso a Bienes y Servicios: Una de las consideraciones del decreto es que las medidas coercitivas unilaterales inciden negativamente en la capacidad para la adquisición de bienes y servicios para el Pueblo Venezolano. Al abordar estos problemas, el gobierno espera mejorar la disponibilidad y accesibilidad de los bienes esenciales, lo cual es un beneficio directo para todos los ciudadanos.

Escenarios Futuros

  • Escenario 1: Éxito relativo y recuperación limitada

El Ejecutivo Nacional utiliza las facultades del decreto para implementar una serie de políticas públicas que logran estabilizar la economía en el corto plazo. Se incentiva la inversión en sectores no tradicionales, y la flexibilización tributaria permite que algunas empresas se mantengan a flote.

La centralización de recursos permite una mejor gestión de la deuda y el gasto social, lo que mitiga el impacto de la crisis en la población más vulnerable. Sin embargo, debido a la incertidumbre legal y la falta de reformas estructurales profundas, la recuperación es frágil y el crecimiento a largo plazo es limitado.

  • Escenario 2: Agravamiento de la crisis

La concentración de poder y la suspensión de la reserva legal generan desconfianza en el sector privado, y la inversión no se materializa. La falta de control en las erogaciones y el endeudamiento provocan una espiral inflacionaria, y la escasez de bienes y servicios se agudiza.

La política de compra obligatoria de la producción nacional se vuelve ineficiente y burocrática. La economía, lejos de recuperarse, entra en una recesión más profunda, con un deterioro del nivel de vida de la población.

  • Escenario 3: Polarización y conflicto político

El decreto se interpreta como una profundización del control estatal y un paso hacia la consolidación de un modelo no democrático. Esto aumenta la polarización política y social, generando protestas y conflictos. La oposición interna y los actores internacionales denuncian las medidas, lo que puede llevar a una mayor presión internacional y a una escalada de las sanciones.

La economía se convierte en el campo de batalla de un conflicto político, y cualquier posibilidad de crecimiento y desarrollo se ve frustrada por la inestabilidad.

Correo: agiussepe@gmail.com

 

 

 

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La Política Histórica de Asignación de Divisas en Venezuela: Un Análisis Crítico y Propuestas para el Futuro

Por Andrés Giussep (Poli-data.com)

Venezuela, un país bendecido con vastas reservas de hidrocarburos, ha transitado por una senda económica marcada por una política de asignación de divisas centralizada y discrecional. Históricamente, el Estado, a través del control casi monopólico de las divisas petroleras, ha asumido el rol de principal «repartidor» de dólares para importaciones, ahorro e incluso gasto público. Esta política, lejos de ser un motor de desarrollo, ha demostrado ser un freno, generando distorsiones, ineficiencias y una dependencia crónica del rentismo petrolero.

Desde el inicio de la industria petrolera la Economía Política de las divisas en Venezuela, la transferencia irreversible de divisas está vinculada a la discrecionalidad en la asignación de recursos escasos. Cuando el Estado vende divisas sin condiciones, crea incentivos para la captura rentista y la fuga de capitales, en lugar de promover inversiones productivas. Este fenómeno se agrava cuando las divisas son utilizadas para financiar importaciones innecesarias o repatriación de utilidades, en lugar de fortalecer la capacidad productiva interna.

Ese comportamiento estatal se ha regido por lo que el Doctor Andrés Giussepe denomina como el «Principio de transferencia irreversible de divisas sin contraprestación productiva», que se entiende como un proceso mediante el cual el Estado centraliza los ingresos en moneda extranjera generados por las exportaciones de recursos naturales (principalmente petróleo), pero en lugar de reinvertirlos estratégicamente en actividades económicas con retornos tangibles (como industrialización, tecnología o infraestructura), los transfiere directamente a actores privados o externos bajo modalidades que no garantizan beneficios productivos para la economía nacional. (Giussepe, julio 2025)

Conceptos Generales de Generación de Divisas

La entrada de divisas a un país se nutre principalmente de las siguientes fuentes:

  • Exportaciones de Bienes y Servicios: La venta de productos y servicios al mercado internacional.
  • Inversión Extranjera Directa (IED): Flujos de capital que empresas o individuos de un país invierten en activos productivos en otro.
  • Remesas: Dinero enviado por ciudadanos que trabajan en el extranjero a sus familias en su país de origen.
  • Turismo: Gasto realizado por visitantes internacionales.

El sector privado contribuye a través de la exportación de bienes y servicios, la atracción de IED y, en menor medida, mediante remesas privadas. El sector estatal, por su parte, genera divisas principalmente a través de exportaciones de empresas públicas (especialmente en industrias estratégicas como petróleo, gas o minería), préstamos del sector público en mercados internacionales y la gestión de las reservas internacionales oficiales.

 

Crítica a la Política de Asignación Discrecional de Divisas

La práctica de la asignación estatal de divisas a diversos actores económicos y sociales, si bien pudo haber tenido intenciones de control y equidad en su origen, ha desembocado en una serie de consecuencias negativas:

  • Fuentes de Corrupción y Discrecionalidad: Cuando el Estado es el único o principal proveedor de divisas, se crea un sistema donde el acceso a esos dólares se convierte en un privilegio. Esto ha abierto la puerta a la corrupción y la discrecionalidad, donde la cercanía al poder, y no la eficiencia o productividad, determinaba quién obtenía las divisas. Las «cocinas de importaciones» se convirtieron en un eufemismo para esquemas donde se obtenían dólares preferenciales para bienes que no se importaban o se sobrefacturaban, drenando el patrimonio nacional.
  • Destrucción del Tejido Productivo Nacional: Al facilitar la importación a tipos de cambio preferenciales (artificialmente bajos), se hizo más rentable importar que producir internamente. Esto asfixió a la industria nacional, que no podía competir con bienes extranjeros subsidiados por una divisa barata. El resultado fue una desindustrialización progresiva y una economía cada vez más dependiente de las importaciones, incluso de productos que Venezuela tenía la capacidad de producir.
  • Fomento de la Especulación y la Fuga de Capitales: La existencia de múltiples tipos de cambio y la expectativa de devaluaciones futuras incentivaron la especulación. Quienes tenían acceso a divisas preferenciales podían venderlas en el mercado paralelo a un precio mucho mayor, obteniendo ganancias exorbitantes. Esto no solo descapitalizó al país, sino que también estimuló la fuga de capitales, ya que se buscaba resguardar el patrimonio en monedas fuertes ante la inestabilidad del bolívar.
  • Ausencia de un Mercado Cambiario Funcional: La asignación estatal de divisas impidió el desarrollo de un mercado cambiario transparente y eficiente. Sin la participación activa de oferentes y demandantes privados de divisas (que en otras economías son los principales generadores), el tipo de cambio dejó de ser un indicador real de la salud económica y se convirtió en una variable política, sujeta a decisiones administrativas y presiones coyunturales.
  • Desperdicio del Patrimonio Común: Las divisas petroleras son, en esencia, un patrimonio común de todos los venezolanos. La política de liquidarlas indiscriminadamente para el «provecho de muy pocos» (importadores ineficientes, especuladores, o sectores privilegiados) significó un derroche de riqueza que debió haber sido invertida en el desarrollo sostenible, la diversificación económica y el fortalecimiento de las reservas internacionales para las generaciones futuras. En lugar de ser un fondo de inversión para el futuro, se convirtió en una fuente de liquidez para el consumo importado y la especulación.
  • Impacto Negativo en la Calidad de Vida y Salarios: Aunque en teoría la divisa barata buscaba mejorar el poder adquisitivo, en la práctica generó una inflación reprimida y escasez. Cuando las divisas no alcanzaban o se asignaban mal, se producían desabastecimientos. Además, al destruir la producción nacional, se eliminaron empleos productivos y se erosionó la base para un crecimiento salarial sostenido. La calidad de vida, en lugar de mejorar, se vio comprometida por la inestabilidad y la dependencia.

Recomendaciones para un Cambio de Política: Fortalecer Reservas y Promover la Productividad Endógena

El camino hacia una economía venezolana próspera y sostenible pasa por un giro radical en la política de divisas. Las recomendaciones se centran en devolver al sector privado su rol de generador de divisas y al Estado su función de regulador y administrador del patrimonio común y no la de vendedor de petrólares. Las siguientes alternativas buscan superar el principio de transferencia irreversible:

  1. Fomento Activo de la Producción y Exportación Privada:
    • Incentivos a la Exportación No Petrolera: Crear un marco de políticas que recompensen la exportación de bienes y servicios «hechos en Venezuela». Esto incluye facilitar trámites, reducir impuestos a la exportación, ofrecer financiamiento para la reconversión industrial y promover acuerdos comerciales.
    • Atracción de Inversión Extranjera Directa (IED): Garantizar la seguridad jurídica, estabilidad macroeconómica y reglas claras para los inversionistas extranjeros. La IED no solo trae divisas, sino también tecnología, conocimiento y capacidad productiva, fortaleciendo el tejido empresarial nacional.
    • Apoyo a PYMES Exportadoras: Las pequeñas y medianas empresas son clave para la diversificación. Programas de capacitación, acceso a mercados internacionales y financiamiento especializado pueden impulsar su capacidad exportadora.
  2. Rol Estratégico del Estado en la Administración de Divisas:
    • Las Divisas Petroleras para las Reservas Internacionales: Las divisas generadas por PDVSA deben destinarse prioritariamente a fortalecer las reservas internacionales del país. Estas reservas actúan como un colchón de estabilidad, garantizando la capacidad de importación estratégica (medicinas, alimentos básicos, insumos esenciales) y generando confianza en los mercados internacionales.
    • Creación de un Fondo de Estabilización Macroeconómica: Establecer un fondo soberano (similar al de Noruega o México) alimentado por los excedentes petroleros. Este fondo invertiría en el extranjero, generando rendimientos en divisas, y se utilizaría para estabilizar la economía en períodos de bajos precios del petróleo, evitando la necesidad de liquidar divisas a la ligera en momentos de bonanza.

El FEM, como fondo soberano autónomo, operaría bajo principios de transparencia, rendición de cuentas y priorización estratégica (exportaciones, sustitución de importaciones, innovación tecnológica

  • Préstamos Retornables a través del Fondo, otorgando divisas a empresas nacionales bajo esquemas condicionados a inversión productiva estratégica en el marco de los Motores Económicos identificados por el Ejecutivo Nacional.
    • Gasto Público Eficiente y Transparente: El Estado debe financiar su gasto público a través de una reforma fiscal que no dependa solo del petróleo. Las divisas necesarias para las importaciones estatales (por ejemplo, medicinas o equipos de salud) deben obtenerse del mercado cambiario al tipo de cambio de mercado, como lo hacen otros actores.
  1. Desarrollo de un Sistema Financiero Sólido y Transparente: Un sistema financiero robusto que permita la intermediación por la vía del crédito, las transacciones de divisas de forma legal y segura es fundamental. Esto incluye bancos privados que puedan captar y colocar divisas del mercado no petrolero, facilitando las operaciones de comercio exterior sin la necesidad de la intermediación estatal.
  2. Educación Económica y Cultural de la Productividad: Es vital cambiar la mentalidad rentista por una cultura de la productividad y el ahorro. Los ciudadanos deben comprender que la riqueza de un país no reside solo en sus recursos naturales, sino en su capacidad de producir bienes y servicios de valor.

Beneficios del Cambio de Política

La implementación de estas recomendaciones traería beneficios tangibles y sostenibles para Venezuela:

  • Mejora de la Calidad de Vida: Un mercado cambiario estable reduce la inflación y la incertidumbre, lo que se traduce en un mayor poder adquisitivo real para los ciudadanos.
  • Aumento de Salarios: Al reactivarse la producción nacional, se generarán empleos de calidad y bien remunerados, aumentando los salarios de manera sostenible y no artificial.
  • Mayor Productividad y Diversificación Endógena: La eliminación de distorsiones incentivará la inversión en sectores no petroleros, impulsando la producción local y reduciendo la dependencia de las importaciones (sustitución).
  • Fortalecimiento de las Reservas Internacionales: Una gestión prudente de las divisas petroleras y el crecimiento de las exportaciones privadas asegurarán un colchón robusto para enfrentar contingencias y generar confianza en los mercados.
  • Fin de la Corrupción Cambiaria: Al eliminar la discrecionalidad en la asignación de divisas, se cerrarán las puertas a la corrupción y el parasitismo económico.

En definitiva, la crítica a la política histórica de asignación de divisas en Venezuela no es solo un reproche al pasado, sino un llamado urgente a transformar un modelo económico leonino que perdura desde inicios de la Industria Petrolera venezolana hasta nuestros días.

Es hora de que el patrimonio común de divisas petroleras sea resguardado y administrado estratégicamente para el beneficio de todos, mientras que el sector privado asume el rol protagónico en la generación de divisas, construyendo así un país más productivo, estable y próspero para sus ciudadanos.

Para cualquiera asesoría, participación en foros nacionales e internacionales (virtual o presencial) comuníquese por el correo: admin@poli-data.com

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