Por Andrés Giussepe (Poli-data.com)
El reciente Decreto N° 5.157, que declara el estado de emergencia económica en Venezuela, se presenta como una respuesta a una «ofensiva económica» y «medidas coercitivas unilaterales» que han mermado los ingresos del país y afectado la capacidad para adquirir bienes y servicios. Este decreto confiere al Ejecutivo Nacional la potestad de tomar medidas excepcionales y transitorias, como la concentración de recursos en el Tesoro Nacional y la autorización de endeudamiento no previsto en la Ley Especial de Endeudamiento.
Desde la perspectiva de la Planificación Estratégica Situacional (PES) de Carlos Matus, este decreto es un movimiento en el complejo «juego social» de la nación. Matus, un estratega cuyo pensamiento ha influido en la planificación pública en América Latina, no vería las medidas económicas como meros actos de control, sino como acciones destinadas a asegurar la viabilidad del proyecto de gobierno frente a actores adversos. En este contexto, un asesor como Matus no se limitaría a la crítica, sino que ofrecería una guía estratégica para maximizar la eficacia de estas medidas a favor del pueblo trabajador.
A continuación, se presenta un análisis e interpretación de Andrés Giussepe de lo que serían las recomendaciones que Carlos Matus podría haber ofrecido al gabinete económico de Nicolás Maduro para mejorar la distribución de ingresos a favor de los trabajadores, pensionados y jubilados, utilizando el marco del decreto.
1. Distribución de Ingresos como Inversión Estratégica
Matus vería la distribución de ingresos no solo como un objetivo social, sino como una herramienta estratégica para la reactivación económica. El decreto autoriza al Presidente a tomar medidas para «garantizar a la población el pleno disfrute de sus derechos». Bajo esta lógica, se podría considerar que un aumento estratégico en el porcentaje del PIB que reciben los trabajadores y jubilados es una inversión para reactivar el aparato productivo.
* Recomendación: Utilizar las «erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento que no estén previstas en el Presupuesto Anual» para un plan de indexación salarial y de pensiones que garantice que los ingresos se mantengan por encima de la inflación, aumentando así el poder adquisitivo de la población. Esto no solo mejoraría el bienestar social, sino que también impulsaría la demanda interna, un motor clave para la producción y el empleo.
2. La Producción Nacional al Servicio del Consumidor