PIB

La Contribución de John Maynard Keynes a la Economía Adaptativa: Intervención, Demanda Agregada y la Estabilidad Dinámica del Capitalismo

Autor: Dr. Andrés Giussepe, Presidente de Poli‑data.com

Introducción

La Escuela de Economía Adaptativa (EEA) propone un marco analítico que integra la incertidumbre, la dinámica sistémica y la necesidad de políticas flexibles para gestionar economías en constante evolución. John Maynard Keynes (1883–1946), una de las figuras más influyentes en la teoría económica moderna, con su crítica a la racionalidad clásica y su énfasis en la demanda agregada, la intervención estatal y la inestabilidad inherente del capitalismo, ofrece fundamentos teóricos esenciales para esta escuela.

Su pensamiento ha sido clave para entender la dinámica de los sistemas económicos, especialmente en su carácter inestable y adaptativo. Este ensayo explora cómo las ideas de Keynes desafían los paradigmas neoclásicos, subrayando la importancia de la adaptación institucional y la gestión activa de crisis en un mundo caracterizado por desequilibrios dinámicos y cambios tecnológicos disruptivos.

1. Keynes vs. la racionalidad clásica y neoclásica

La economía clásica y neoclásica asume que los mercados se autorregulan mediante el equilibrio entre oferta y demanda, con agentes racionales que optimizan decisiones en mercados eficientes y autorregulados, donde maximizan utilidades bajo información perfecta (Smith, 1776; Marshall, 1890). Keynes introduce el concepto de «expectativas» y la «incertidumbre radical».

En La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (1936), refutó esta visión al demostrar que:

  • La toma de decisiones económicas está influenciada por factores psicológicos y que los mercados financieros son propensos a la inestabilidad debido a la especulación.
  • Propuso que la racionalidad de los agentes es limitada y depende del contexto histórico y social, contrastando con la visión mecanicista de la teoría neoclásica. En este sentido, su pensamiento se vincula con la idea de un sistema económico no determinista, en el que la incertidumbre y la adaptabilidad juegan un papel central.
  • La racionalidad está limitada por la incertidumbre: La incertidumbre es un componente estructural de la economía y los agentes toman decisiones basadas en expectativas subjetivas, no en cálculos, precisos. Su concepto de «expectativas» y «espíritus animales» demuestra cómo la psicología y la incertidumbre influyen en las decisiones económicas, dando lugar a ciclos de auge y crisis.

Por ejemplo, durante la crisis de 2008, la aversión al riesgo de los inversores (una herramienta que ayuda a tomar decisiones informadas y a minimizar pérdidas) paralizó los mercados crediticios, contradiciendo la noción neoclásica de autorregulación (Akerlof & Shiller, 2009).

  • El desempleo puede ser persistente: Los mercados no garantizan pleno empleo, como evidenció la Gran Depresión, donde la tasa de desempleo en EE.UU. alcanzó el 25% en 1933 (Bernanke, 2000).
  • La demanda agregada impulsa el crecimiento: Keynes argumentó que la inversión privada es volátil y depende de factores psicológicos («espíritus animales»), requiriendo intervención estatal para estabilizar ciclos económicos (Keynes, 1936, p. 161).

2. La economía capitalista como un sistema dinámico, inestable y adaptativo: Ejemplos recientes

Keynes identificó la inestabilidad como una característica inherente del capitalismo, derivada de la fluctuación de la demanda y la especulación financiera. La economía es un sistema en permanente evolución. El capitalismo, lejos de ser un mecanismo estable, se caracteriza por fluctuaciones constantes. En este sentido, la Economía Adaptativa encuentra en Keynes un precursor de la idea de que las políticas económicas deben responder activamente a las transformaciones del entorno.

Ejemplos contemporáneos donde se demuestra que el capitalismo es inherentemente inestable incluyen:

  1. Crisis financiera global (2008): Producto de la desregulación de los mercados financieros y el colapso de los activos hipotecarios. La caída de Lehman Brothers y el colapso del mercado hipotecario subprime generaron una contracción del 4.3% en el PIB mundial (IMF, 2009). La intervención keynesiana, como el rescate bancario de EE.UU. (TARP, USD 700 mil millones), evitó una depresión (Blinder & Zandi, 2015).
  2. Pandemia de COVID-19 (2020): Generó un colapso de la demanda agregada, llevando a una intervención estatal masiva. El confinamiento global redujo el PIB mundial en un 3.1% (Banco Mundial, 2021). Políticas keynesianas como los cheques de estímulo en EE.UU. (USD 2.3 billones) sostuvieron la demanda agregada.
  3. Crisis de la deuda europea (2010-2015): Exacerbada por políticas de austeridad y la falta de flexibilidad en la estructura monetaria de la UE. Países como Grecia experimentaron caídas del PIB del 25%, requiriendo rescates (EUR 289 mil millones) que reflejaron la necesidad de coordinación fiscal keynesiana (Baldwin & Giavazzi, 2015).
  4. Inflación post-pandemia (2021-2023): La respuesta de los bancos centrales ha generado recesión en diversas economías. La combinación de estímulos fiscales y cuellos de botella en cadenas de suministro elevó la inflación global al 8.8% en 2022 (FMI, 2023), desafiando políticas monetarias tradicionales.
  5. Crisis energética global (2022): Provocada por disrupciones en la cadena global de valor y conflictos geopolíticos. Los precios del gas en Europa aumentaron un 300%, obligando a subsidios estatales (EUR 600 mil millones en la UE) para proteger ingresos familiares (IEA, 2023).

3. La Racionalidad económica de Keynes: Demanda Agregada y Política Fiscal

Keynes replanteó la racionalidad económica al priorizar el comportamiento macro sobre las decisiones microeconómicas individuales. Sus conceptos clave son:

3.1. Demanda Agregada como motor del crecimiento

Keynes demostró que las economías pueden operar por debajo de su capacidad productiva si la demanda es insuficiente. Ejemplos empíricos:

  • New Deal (1933-1939): La inversión pública en infraestructura (USD 40 mil millones actualizados) redujo el desempleo en EE.UU. del 25% al 14% (Fishback, 2010).
  • Plan de Recuperación Europeo (2020): El fondo NextGenerationEU (EUR 750 mil millones) financió transiciones verdes y digitales, elevando el PIB de la UE un 1.5% en 2022 (Comisión Europea, 2023).

3.2. Multiplicador keynesiano

El gasto público genera un efecto multiplicador en la economía. Durante la pandemia, los estímulos fiscales en EE.UU. tuvieron un multiplicador de 1.5, creando 3 millones de empleos (Congressional Budget Office, 2021).

3.3. Políticas Contracíclicas

Keynes abogó por ajustar impuestos y gasto público para suavizar ciclos económicos. Corea del Sur aumentó su gasto social en un 20% durante la pandemia, evitando una recesión profunda (OECD, 2021).

Aplicaciones de la Teoría Keynesiana en Empresas e Industrias

Si bien Keynes no se centró en la innovación tecnológica como Schumpeter, su enfoque en la inversión pública y el gasto fiscal para estimular la demanda agregada es crucial para entender los cambios estructurales en la economía. Empresas como Tesla, que han dependido de subsidios estatales para su desarrollo inicial, ejemplifican la aplicación keynesiana a la innovación y el crecimiento económico.

Empresas como General Motors y Apple han sobrevivido y prosperado gracias a políticas keynesianas de inversión en tiempos de crisis. Por ejemplo, el rescate financiero de la industria automotriz estadounidense en 2008 evitó una catástrofe económica mayor. De igual forma, las inversiones contracíclicas en tecnología han permitido la expansión de compañías como Amazon y Tesla.

4. Contribuciones de Keynes a la Escuela de Economía Adaptativa

La EEA integra las ideas keynesianas en los siguientes pilares:

  1. Flexibilidad en políticas económicas: Abogó por un enfoque pragmático, adaptativo y basado en la evidencia.
  2. El Estado como regulador del ciclo económico: Keynes demostró que la política fiscal y monetaria pueden estabilizar la economía. La intervención estatal es proactiva, dado que los gobiernos deben actuar como estabilizadores sistémicos, ajustando políticas a contextos dinámicos (Stiglitz, 2018).
  3. El rol de la demanda agregada: La inversión pública puede compensar la insuficiencia de la demanda privada. La gestión de la demanda agregada es clave, para tal fin, se debe priorizar empleo y consumo sobre la austeridad fiscal, como en el modelo nórdico (Grusky et al., 2019).
  1. Enfoque en incertidumbre y expectativas: Replantea la teoría económica incorporando la psicología y la volatilidad del comportamiento humano. Los modelos económicos deben incorporar factores psicológicos y riesgos no cuantificables (Shiller, 2019).
  2. Política fiscal como herramienta estabilizadora: Gobiernos deben intervenir activamente en momentos de crisis para sostener la demanda.
  3. Teoría del empleo: Rechazo al ajuste automático del mercado laboral y defensa de políticas activas de empleo. Colocó la reducción del desempleo como un objetivo central de la política económica.
  4. Sistema financiero y especulación: Destaca el rol desestabilizador de los mercados financieros y la necesidad de regulación.
  5. Crecimiento y desigualdad: Plantea la redistribución de ingresos como mecanismo para sostener el crecimiento económico y garantizar la estabilidad social. Sistemas tributarios progresivos y salarios mínimos elevados, como en Alemania (remuneraciones laborales = 55% del PIB vs. 48% global) (ILO, 2022).

5. Recomendaciones para Actores Económicos

Gobiernos y Planificadores Económicos

  • Políticas fiscales contracíclicas para estabilizar el crecimiento económico y mitigar crisis: Crear fondos de reserva (ej: Noruega con su Fondo Soberano de USD 1,4 billones) para estabilizar demanda en crisis.
  • Invertir en sectores estratégicos, para fomentar la innovación y el empleo.
  • Inversión en infraestructura resiliente: Proyectos verdes y digitales, como el Green New Deal de EE.UU. (USD 369 mil millones en 2022).
  • Protección social adaptativa: Salarios mínimos indexados a la inflación (ej: Francia, EUR 1.747 mensuales en 2023).
  • Regular el sistema financiero para evitar crisis especulativas.

Empresarios

  • Inversión en I+D colaborativa: Invertir en innovación y adaptar estrategias según la dinámica del mercado. Alianzas público-privadas, como la Iniciativa CHIPS de EE.UU. (USD 52 mil millones para semiconductores).
  • Priorizar la inversión en innovación y productividad en períodos de recesión.
  • Modelos de negocio antifrágiles: Diversificar cadenas de suministro, como Toyota post-Fukushima (redujo pérdidas en 2021 un 30%).
  • Diseñar modelos de negocio resilientes ante cambios disruptivos.
  • Implementar esquemas de responsabilidad social empresarial para reducir desigualdades.

Trabajadores

  • Participar en capacitación continua, para adaptarse a cambios tecnológicos.
  • Impulsar políticas de distribución equitativa del ingreso.
  • Promover modelos de participación en la toma de decisiones económicas.
  • Demandar estabilidad laboral mediante políticas públicas activas.
  • Formación en habilidades emergentes: Certificaciones en energías renovables (crecimiento del 40% en empleos verdes, 2020-2023).
  • Participación en ganancias: Modelos como el de Siemens (10% de utilidades a empleados), aumentando productividad un 15%.

Redistribución del Ingreso

  • Impuestos a rentas altas y patrimonios: Francia recauda el 45% del PIB vs. 34% en EE.UU., reduciendo desigualdad (Gini de 0,29 vs. 0,41).
  • Salarios dignos y negociación colectiva: En países PADI como Suecia, el 70% de trabajadores están sindicalizados, con brechas salariales mínimas.

Conclusión

El pensamiento de Keynes es una base fundamental para la Economía Adaptativa, ya que introduce una visión más realista y dinámica de los sistemas económicos. Él incorpora la incertidumbre, la inestabilidad y el papel del Estado como actor económico fundamental. Sus ideas continúan vigentes en un mundo en constantes cambios disruptivos, lleno de incertidumbre y volatilidad, donde la adaptabilidad es clave para la sostenibilidad económica.

Keynes revolucionó la economía al demostrar que los mercados no se autocorrigen y requieren intervención estatal para lograr estabilidad dinámica. Su énfasis en la demanda agregada, la incertidumbre y las políticas contracíclicas ofrece un marco vital para la EEA, que prioriza la adaptación institucional y la equidad en un mundo de cambios disruptivos. Implementar sus principios en el diseño de políticas económicas puede ayudar a construir sociedades más equitativas y resilientes frente a los desafíos del capitalismo globalizado.

Las recomendaciones aquí planteadas buscan equilibrar crecimiento con justicia social, inspirándose en modelos como los países PADI para construir economías resilientes e inclusivas.

Referencias

  • Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. (1776). Generalmente se encuentra en múltiples ediciones, pero la original es de 1776.
  • Akerlof, G. A., & Shiller, R. J. (2009). Animal Spirits: How Human Psychology Drives the Economy. Princeton University Press.
  • Alfred Marshall, Principles of Economics. (1890). Al igual que Smith, hay muchas ediciones, pero la primera es de 1890.
  • Baldwin, R., & Giavazzi, F. (Eds.). (2015). The Eurozone crisis: A consensus view of the causes and a few possible solutions. CEPR Press.
  • Bernanke, B. S. (2000). Essays on the Great Depression. Princeton University Press.
  • Blinder, A. S., & Zandi, M. (2015). How the American Recovery Act Ended the Great Recession. Moody’s Analytics.
  • Congressional Budget Office. (2021). The Budget and Economic Outlook: 2021 to 2031. CBO.
  • Fishback, P. T. (2010). Well worth saving: How the New Deal built America. Oxford University Press.
  • Grusky, D. B., Wimer, C., Smeeding, T., & McMurry, D. (Eds.). (2019). The Inequality Crisis: America’s Growing Economic Divide. Stanford University Press.
  • IEA (International Energy Agency) (2023). World Energy Outlook 2023.
  • (2022). Global Wage Report 2022-2023: The Impact of Inflation and COVID-19 on Wages. International Labour Organization.
  • (2023). World Economic Outlook: Navigating Global Divergences. International Monetary Fund.
  • Keynes, J. M. (1936). The General Theory of Employment, Interest and Money. Palgrave Macmillan.
  • Krugman, P. (2009). The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008. W. W. Norton & Company.
  • (2021). Economic Outlook No. 110. OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/16097408
  • Piketty, T. (2014). Capital in the Twenty-First Century. Harvard University Press.
  • Minsky, H. (1986). Stabilizing an Unstable Economy. Yale University Press.
  • Stiglitz, J. E. (2018). Globalization and Its Discontents Revisited. W. W. Norton & Company.
  • Stiglitz, J. (2016). The Euro: How a Common Currency Threatens the Future of Europe. W. W. Norton & Company.
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Distribución ideal de los ingresos: 50-40-10

Por PhD. Andrés Giussepe (*)

A partir del comportamiento de la distribución de los ingresos (% PIB) mostrado por los diez países PADI, durante el año 2021, se puede analizar las combinaciones distributivas entre el factor laboral (RE), capital (IK) y el gobierno (TG), que pueden considerarse “escenarios ideales” a fijar como meta a alcanzar por los gobiernos y organismo multilaterales.

En ese sentido, los 8 escenarios anteriores pueden servir de referencia para que los planificadores gubernamentales fijen estrategias que tiendan alcanzar al objetivo macroeconómico de disminuir la desigualdad de ingresos. Donde puedan fijar el escenario ideal de redistribución de ingresos que se aproxime a la relación 50-40-10 (Gráfico 6). La experiencia de los diez países PADI devela que deben ejecutarse acciones de política económica y social que tienda a incrementar la distribución a favor de las remuneraciones laborales nacionales en un primer momento.

La tendencia distributiva ideal es 50-40-10, es un escenario ideal de combinaciones de distribución de ingresos entre los factores/actores económicos: laboral, empresario y gobierno. Son variaciones inversas no proporcionales, por estar conformadas por tres variables con comportamientos aleatorios, interdependientes y complejos. Permite definir el mejor pronóstico o mejor opción para garantizar la mejor distribución de los ingresos entre los factores/actores como porcentaje del PIB. 

La tendencia 50-40-10, es una distribución condicional de probabilidades, cuyas variables depende del comportamiento del resto del conjunto de valores estimados. Si una de las variables cambia o se mantiene constante, al menos otra de las variables del resto cambia de manera inversa, aunque no necesariamente de manera proporcional. Esos cambios se dan incluso, con la tercera variable cambiando o manteniéndose constante.

 

Gráfico 6. La tendencia distributiva ideal de los ingresos: 50-40-10

(*) FUENTE ORIGINAL:

GIUSSEPE, ANDRÉS (Noviembre, 2024). “Distribución de los ingresos y beneficios desde una perspectiva sistémica-compleja”. Tesis Doctoral presentada ante la Faces, Ceap, UCV, como requisito para optar al título académico de Doctor en Economía. Caracas.

 

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Análisis de la relación de distribución de ingresos entre los factores/actores: 48 países 

Por Andrés Giussepe (2024) (*)

En esta investigación se analiza la relación de distribución entre los factores/actores que permitió develar los niveles de desigualdad de ingresos de los cuarenta y ocho (48) países seleccionados, tomando en cuenta la clasificación de los umbrales ingresos del Banco Mundial[1], para contrastarlos con los datos de la “Remuneración de empleados como porcentaje (%) del PIB” del año 2021.

Para el año fiscal 2023, las economías de bajos ingresos se definen como aquellas con un Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita de $1,135 o menos en 2022; las economías de ingresos medianos bajos entre $1,14 y $4,47; y las economías de ingreso mediano alto entre $4,47 y $13,85 o más. A partir del 1 de julio de 2023, los nuevos umbrales para la clasificación según el nivel de ingresos son: (Cuadro 3)

 

Cuadro 3. Clasificación de países según ingresos

POR REGIÓN POR INGRESOS ESCALA POR PRÉSTAMO
Asia oriental y el Pacífico Economías de bajos ingresos $1,14 o menos IDA
Europa y Asia Central Economías de ingresos medio bajos $1,14 a $4,47 Blend
América Latina y el Caribe Economías de ingresos medio altos $4,46 a $13,85 IBRD
Oriente Medio y África del Norte Economías de altos ingresos $13,85 o más  
América del norte  Economías de altos ingresos  $13,85 o más  
Asia del Sur Economías de ingresos medio bajos $1,14 a $4,47 Blend
Africa Sub-sahariana  Economías de bajos ingresos $1,14 o menos IDA

 

Fuente: Banco Mundial (Para año fiscal actual de Julio 2023-2024)

 

Como estrategia de selección, se tomó como referencia aquellos países con estadísticas oficiales disponibles y actualizadas, que presentaron un porcentaje mayor al 50% en la distribución del PIB destinada para “Remuneración de empleados” durante el año 2021, que para efecto de esta investigación se denominan “Países con Alta Distribución de los Ingresos (PADI)” y obtener un cuadro  comparativo mundial de los “Niveles de Desigualdad de Ingresos (NDI) como porcentaje del PIB” del año 2021. (Cuadro 4)

En ese sentido, el NDI (% PIB), es la diferencia entre el porcentaje de los ingresos que se destina para el pago de las Remuneraciones a los empleados y obreros RE (% PIB), y la sumatoria del Excedente de explotación e ingresos mixtos IK (% PIB) y los Impuestos sobre la producción y las importaciones, menos los subsidios TG (% PIB).

Asumiéndose la siguiente ecuación:

NDI = RE – (IK + Tn + Tm – Sub) % PIB

NDI = RE – (IK + TG) % PIB

 

Donde,

 

NDI, es el Nivel de Desigualdad de Ingresos del país

RE,  la Remuneraciones a los empleados y obreros (% del PIB)

IK, el Excedente de explotación e ingresos mixtos

Tn, los Impuestos sobre la producción nacional

Tm, los Aranceles de importación

Sub, los Subsidios

 

En total, sólo 10 países mostraron una distribución de ingresos por encima del 50% a favor de los empleados nacionales durante el 2021: Suiza (58%), Alemania (53,7%), Islandia (53,7%), Canadá (52,5%), China (52,4%), Eslovenia (51,7%), Dinamarca (51,6%), Japón (51,4%), Francia (51,3%) y Austria (50,3%).

En el Gráfico 2, se muestra la comparación de la forma como se distribuyen los ingresos en los países seleccionados de mayor a menor distribución a favor de la Remuneración de empleados como porcentaje del PIB (2021).

En el Gráfico 3, se muestra los Niveles de Desigualdad de Ingresos para el año 2021, se puede observar esos 10 países que favorecen mayormente al factor laboral (RE) con respecto al factor capital (IK) y al Gobierno (TG) juntos. En la medida que la diferencia RE – (IK + TG) es mayor la desigualdad es mayor. Por ejemplo, países India, Venezuela, Burundi; Irlanda, Irán, Turquía, Arabia Saudita, México y Sudán, mostraron en el 2021 una brecha que supera el 40% a favor del IK + TG con respecto al factor RE. Si la participación porcentual entre ellos es igual, 50-50, se considera que la desigualdad de ingresos entre los factores es cero.

Por su parte, Suiza, Islandia y Francia la brecha entre los factores/actores supera el 50% a favor de RE. En el Gráfico 4, se presenta la Brecha de la Desigualdad de ingresos entre los factores (IK y RE) como % del PIB del año 2021. De los 48 países seleccionados, 25 presentaron una distribución que favorecieron al factor laboral (RE) por encima del factor capital (IK), y en 23 países la diferencia fue contraria.

En el Gráfico 5, se muestra los países con mayor participación de los tributos en los ingresos nacionales como porcentaje del PIB. De mayor a menor, Cuba (24,1%), Suecia (19,4%), Serbia (18,2%), Croacia (15,5%), Hungría (15,4%) y Brasil (15,3%), superan el 15% del PIB, que evidencia un mayor porcentaje de los ingresos para el fisco nacional (TG).

También se identificaron y seleccionaron los 10 “Países con la Peor Distribución de los ingresos a favor de la Remuneración de empelados (% PIB) en el año 2021, que se denominan los “países PPDI». Fueron Irak (33,1%), Sudán (28,9%), México (28,4%), Arabia Saudita (27,5%), Turquía (27,0%), Irán (26,5%), Irlanda (25,7%), Burundi (20,9%), Venezuela (20,6%) e India (14,2%). (Últimos diez del Cuadro 5)

De los 48 países consultados, finalmente se tomaron veinte (20) como objetos de estudio, clasificados 10 como países PADI y 10 como PPDI. De manera conjunta los veinte representan el 10,26% del total mundial de 195 reconocidos por la ONU[2]; que abarcan una población de 3,63 mil millones de habitantes (46,3% mundial) (Apéndice 1). Una data que es considerada representativa.

Los países PADI, en el 2021, representaron una población de 1,75 mil millones de habitantes (22,4%), cuya característica común es tener ingresos altos y salarios mínimos por encima del promedio mundial, que se ubica en 1.042 dólares mensuales; a excepción de China que se ubica con ingresos medianos altos y un salario mínimo muy por debajo del promedio mundial mensual (US$ 287).

 

Cuadro 4. Distribución de ingresos a precios corrientes de mercado, 2021

 

 

Fuentes complementarias: Banco Mundial, Eurostat, OCDE, ONU, FMI. BCV (Venezuela), DANE (Colombia). Estimaciones propias

(1) 2019; (2) Est. 2018- 2021 (N:3); (3) 2015; (4) 2020; (5) Est. 2021; (6) Banco Mundial

Son países que asumen la tesis que los aumentos en el mínimo salarial “no tienen por qué conducir necesariamente a la destrucción de empleo”, por el contrario, la subida del salario mínimo no crea ni destruye valor, solo tiende a redistribuir el ingreso, como lo demostraron Card y Krueger (1992), ganadores del premio nobel de economía del año 2021.[3] En fin, son países que creen que invertir en la gente es la mejor inversión posible, en la educación formal y en los sistemas sanitarios.

Por su parte, los PPDI totalizan una población de 1,87 mil millones de habitantes (23,9%). Es un grupo con diferencias en la tipología de ingresos per cápita, donde Arabia Saudita e Irlanda son de altos ingresos; Irak, México y Turquía son de ingresos medios altos; Irán, Venezuela e India son de ingresos medios bajos, y; Burundi es de bajos ingresos. Asimismo, son países con salarios mínimos muy por debajo del promedio mundial, a excepción de Irlanda que tiene salarios por encima de 1.899 dólares mensuales. Destacan Venezuela (US$ 10), Sudan (US$ 20), Burundi (US$ 56) e India (US$ 59), con los salarios mínimos mensuales más bajo de ese grupo de países y entre los más bajos del planeta en el 2021.

Como ven, los PPDI son un grupo de 10 países donde se encuentran países ricos y pobres, en búsqueda de generar condiciones para más justicia social, distribución equitativa y reducir la pobreza. Son países que no han generado empleos bien remunerados (a excepción de Irlanda), y se encuentran entre los más desiguales del mundo, por lo que el crecimiento ha beneficiado principalmente a los más ricos dentro de estas sociedades.

Al comparar analizar la variación o dispersión del porcentaje del ingreso correspondiente a las Compensaciones de empleados (% del PIB) del año 2021, con la media mundial de 42%, se obtiene una desviación estándar  del 10,2%. En el caso de la desviación en los Excedente bruto de explotación y renta mixta con respecto a la media de 48%, se ubicó en 10,9%; y la desviación de los ingresos que corresponde a las tributaciones del Gobierno nacional fue de 4,3%. Siendo mayor la dispersión de los datos para los ingresos del factor capital a nivel mundial, mientras que el porcentaje de los ingresos que le corresponde a los gobierno tiende a ser más uniforme a nivel mundial, es decir, oscila alrededor del 10,0%.

Como vimos, los PADI son países que superaron una distribución del 50% del PIB a favor de las Remuneraciones a empleados (RE) en el 2021. Del grupo de los 48 países estudiados hay un grupo que en ese año mostró una distribución de los ingresos PIB (RE, IK, TG) %, donde RE > IK > TG, pero con un RE < 50%.

A este grupo de países se les denominó de mediana distribución de ingresos (PMDI). Estos son: Reino Unido (50, 39, 12), Lituania (49, 42, 10), Portugal (49, 39, 13), Países Bajos (49, 42, 9), Estados Unidos (48,  41, 10), Bélgica (48, 42, 9), Sudáfrica (48, 40, 13), España (48, 42, 10), Luxemburgo (47, 42, 11), Rusia (47, 42, 11), Suecia (47, 34, 19), Croacia (46, 38, 16), Finlandia (46, 42, 12), Chequia (46, 47, 8), Noruega (45, 46, 9), Eslovaquia (44, 46, 10), Brasil (44, 41, 15) y Serbia (41,1; 40,7; 18,2). (Ver Cuadro 5)

En el caso de Chequia, Noruega y Eslovaquia, presentaron una RE por encima del promedio mundial pero la relación con respecto a IK es menor.

Con base en esos resultados estadísticos se pudieran hacer las primeras recomendaciones para disminuir la desigualdad de ingresos en los países que presentan peores niveles de distribución (PPDI) tomando como referencia la Remuneración de Empleados (%PIB). Lo ideal sería que, en un primer momento, o en el mediano plazo (1 a 3 años), los Gobiernos procuren estrategias económicas y sociales que conduzcan a su sociedad a redistribuir los ingresos y beneficios que superen el promedio mundial (41,6%) a favor del pago de compensaciones a empleados. Y en una segunda fase, tienda a superar el 50% en el largo plazo (5 años o más), de tal forma logren entrar en la lista de los Países que mejor distribuyen los ingresos (PADI).

 

Gráfico 2. Mundo: Distribución de ingresos a precios de mercado, 2021 (%PIB)

[1] Con fines analítico, el Banco Mundial utiliza el método Atlas, para clasificar a los países tomando en cuenta sus ingresos (umbrales) en cuatro grupos: bajo, medio bajo, medio alto y alto ingreso (Banco Mundial, 2021). Las economías de altos ingresos son aquellas con un INB per cápita de $13,845 o más. Los umbrales para la clasificación según el nivel de ingresos se determinan al inicio del ejercicio del Banco Mundial (en julio) con una vigencia de 12 meses, independientemente de las revisiones posteriores a las estimaciones. Los umbrales aumentan debido a la tasa de inflación frente a los Depósitos Especiales de Giro (DEG).

[2] Según la ONU, en la actualidad existen 195 países, del cual 193 son Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y 2 Estados son observadores: la Santa Sede y el Estado de Palestina.

[3] Card, David y Krueger, Alan (1994). “Minimum Wages and Employment: A Case Study of the Fast-Food Industry in New Jersey and Pennsylvania”. American Economic Review 84: 772-793.

 

(*) FUENTE ORIGINAL:

GIUSSEPE, ANDRÉS (Noviembre, 2024). “Distribución de los ingresos y beneficios desde una perspectiva sistémica-compleja”. Tesis Doctoral presentada ante la Faces, Ceap, UCV, como requisito para optar al título académico de Doctor en Economía. Caracas.

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